La pandemia del COVID-19, hace precaria la situación que se vive en las prisiones, y es el caso de la prisión de Belmarsh, Inglaterra, donde se encuentra recluido Julian Assange el fundador de WikiLeaks, ahí se han decetectado casos de coronavirus tanto en los guardias de seguridad, como en los detenidos, según se ha dado a conocer.
En columna de 6 de marzo, hacía notar como la audiencia de pruebas para la extradicción del señor Assange debió celebrarse este 8 de mayo pasado, pero no fue así, pues la actividad de los tribunales en Inglaterra se encuentra suspendida debido a la pandemia y se ha señalado como posible fecha para audiencia de pruebas el 7 de septiembre.
Los abogados del periodista solicitaron se le diera la oportunidad de esperar a la nueva audiencia en prisión domiciliaria, esto debido al mal estado de salud que se encuentra y las condiciones de la prisión, que implican un riesgo de muerte así como al hecho que lleva casi 10 años en cautiverio, desde su asilo en la embajada de Ecuador. Pero la justicia inglesa negó dicho beneficio, la juez del caso argumentó que no existe motivo para dudar de las medidas de seguridad que se están aplicando en la prisión y que Assange no es el unico preso en riesgo en la prisión.
Recordemos que las Naciones Unidas han considerado la privación de libertad de Assange, como una detención arbitraria violatoria de los derechos de debido proceso y presunción de inocencia y que el reo se encuentra sometido a actos de tortura sicológica.
Aunque algunas cosas han cambiado y puede ser que beneficien la causa de Assange, que es causa por la Libertad de Expresión.
Habíamos observado como la informante de Assange, Chelsea Manning, se encontraba en prisión en Estados Unidos, por negarse a declarar que el material pasado a WikiLeaks, lo había entregado a instancias de Assange, situación que beneficia la defensa pues se argumenta que se trata de una persecución política y no de una cuestión legal.
Pues bien, dias después de la primera audiencia de extradicción y después de casi un año de encarcelamiento, un juez liberó a Manning, argumentando que la prisión no era una herramienta que hubiese dado resultado para obligarla a declarar, pero que las multas impuestas en su contra por 256 mil dólares seguían vigentes.
La oportunidad de la justicia norteamericana evidencia un movimiento que pretende evitar que se califique como politico el caso contra el periodista, lo que más que debilitar el argumento, parece favorecerlo, debido a la relación temporal entre la presentación del argumento por la defensa y la decisión judicial.
Otro aspecto analizado, es la falta de retribución del gobierno estadounidense en el procesos de extradición de Anne Saccolas, mujer que atropello a un joven inglés en Northamptonshire y que un mes después huyó hacia Estados Unidos, país que ha negado la extradición argumentando inmunidad diplomática.
En enero el gobierno de Estados Unidos continúo en su negativa a la extradición solicitada por Inglaterra, dado que el aceptarlo sería tanto como nulificar la inmunidad diplomática y, apenas este martes, ha manifestado que la negativa a la extradicción, es una decisión final.
Esto ha levantado reacciones dentro del Gobierno inglés, El primer ministro Boris Johnson ha dejado en claro, a traves de su portavoz, qué es necesario hacer justicia para la familia del joven Dunn y que la negativa de Estados Unidos equivale a una denegación de Justicia. A solicitud del gobierno inglés la Interpol ha emitido un “Alerta Roja”, qué implica una orden de detención de la señora Saccolas que se aplicará en cuanto ésta salga del territorio estadounidense.