Victor Lacata era un joven de 21 años, originario de Florida y estimado por quienes le conocían, como persona sensata y tranquila, hasta que se puso a fumar marihuana y, en un ataque causado por la droga, en el que alucinó ser agredido por hombres que le iban a cortar los brazos, tomó un hacha y mató a sus padres y sus tres hermanos.
Johann Hari, el periodista inglés, en su libro “Tras el grito”, describe de esa forma la noticia con la que Harry Anslinger inició la guerra contra el uso de la mariguana en Estado Unidos durante los años 30 del siglo pasado. A partir de ahí, utilizó a los medios para provocar los temores raciales del pueblo estadounidense, al afirmar que ese estupefaciente era sólo consumido por los afroamericanos y los mexicanos y que lo utilizaban para seducir a las mujeres blancas, según lo describe el referido autor.
Hace unos días, un joven en Ohio conduciendo un vehículo, arrolló a varios estudiantes, para luego bajar del automóvil y atacar a otros con una arma blanca, dejando nueve heridos. La noticia es impactante y nos atrae. Dos días después, los medios amplían la noticia haciendo ver que el atacante fue un joven refugiado de origen somalí.
La variación de los hechos cambia nuestra percepción y crea miedo hacia los refugiados, musulmanes o migrantes, y es aquí en donde podemos incluir el elemento de la responsabilidad social de los medios en el fenómeno de la migración y los cambios de paradigmas, de acuerdo a lo siguiente:
El uso de los medios para difundir información que causa temor o rechazo es muy común, pues el morbo atrae a los lectores, de ahí el éxito de las publicaciones que se dedican a transmitir información sobre aspectos criminales, violentos o chismes sobre artistas, la clase política o el jet-set.
Pero no puede hacerse a un lado la fuerte responsabilidad social que tienen los medios de comunicación, dado que, a través de la información que transmiten, van creando opinión pública, es decir, formas específicas de ver los problemas sociales por la comunidad. De ahí que los medios de comunicación tienen una importante función que cumplir en la formación de una convivencia más tolerante hacia las diferencias.
La relación entre delincuencia, grupos minoritarios y migración es un factor común en las noticias que se publican, sobre todo en los países de alto flujo migratorio, lo que obedece a la comodidad que proporciona la noticia simple y llamativa.
Es indudable que la migración ha venido a crear sociedades que deben regirse por nuevos valores y, ante esto, el periodismo tiene una responsabilidad social. Los medios de comunicación están obligados a contribuir a la vida democrática de un país y para la promoción de una migración incluyente, pues si la prensa promueve la identidad de ciudadano con el nacionalismo radical, está también promoviendo la intolerancia; en tanto que si promueve la identidad cultural de los grupos migrantes y la fusión de esta con la propia de la sociedad que les recibe, está cumpliendo con su responsabilidad integradora.
De lo anterior, la necesidad de un periodismo responsable, como aquel que tiene como objetivo a la ciudadanía, desde un punto de vista constructivo, logrando que las audiencias se involucren en temas de interés y promuevan el diálogo y conciencia sobre estos, para la búsqueda de soluciones; este periodismo no se limita a la información, sino que se convierte en un elemento de transformación social.
En una sociedad multicultural, es necesario que este periodismo trate con seriedad el fenómeno de la diversidad étnica y los problemas que de esta se derivan, pero buscando también enfocar la problemática común y los aspectos que llevan a consensos, para lograr una nueva idea de unión social, sustentada en la comprensión de las diferencias y la aceptación de los elementos comunes, que son la amalgama de este nuevo concepto de ciudadanía.
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