La imagen se compone de elementos que fueron extraídos de la Biblia Cristiana, principalmente de los Evangelistas Lucas y Mateo, quienes relatan que: estando de viaje José y María embarazada, el parto se vino sin darles oportunidad de llegar más que a un lugar donde pudieron refugiarse, en algunos relatos fue una cueva y en otros un establo, es indudable que era un lugar para guardar los animales domésticos de alguien y fue ahí donde el niño recién nacido fue acurrucado en un pesebre que se utilizaba para alimentar al ganado. Mientras esto sucedía, otro fenómeno acontecía en los alrededores: un ser espiritual de los llamados Ángeles se acercaba a los grupos de pastores que, en las cercanías, cuidaban rebaños, anunciándoles la llegada del nuevo Rey de Israel y días después, tres hombres sabios llegaron a Judea, preguntando en donde se encontraba el nuevo rey que había nacido, de lo que se habían enterado a través de una estrella que había aparecido en el cielo.
Los relatos aquí resumidos, dieron base a que el cristianismo, religión que se expandió por una gran parte de lo que había sido el Imperio Romano, adoptase la tradición de festejar el nacimiento de Jesús, para lo que se representaban obras teatrales las que fueron tomando cada vez más un sentido de fiesta y vulgaridad, hasta que, en principios del siglo XIII, el Papa Inocencio III decidió prohibir esas festividades.
Menciona Roberto Martínez Elizondo, que un austero monje llegado de los bosques cercanos a Asís en Italia, cuando se encontraba predicando en Greccio, en el Valle del Lacio cerca de Roma, por el año 1223 de nuestra era, solicitó dispensa al Papa para poder representar el acto del nacimiento de Cristo a través de figurillas que reprodujesen la descripción bíblica.
Fue así como, con ayuda de un hombre rico de aquella población, Francisco (que así se llamaba el monje) puso un pesebre y una figura en una cueva cercana a la ciudad y empezó a tocar las campanas, acercándose la gente de los alrededores, incluyendo a los pastores, y creándose, en forma espontánea, una representación del nacimiento de Jesús descrito en la Biblia y naciendo así una tradición religiosa y cultural que llegó a México, muy posiblemente a través de los Frailes Franciscanos y se asentó en nuestro país como un fuerte componente de nuestra idiosincrasia y, una sensibilidad ética y de convivencia cultural que lleva a formas de comportamiento, como lo hace toda religión (Véase: Julio Glockner)
Pero ahora esta tradición religiosa/cultural ha sufrido un embate por parte del órgano mas alto de la impartición de Justicia en México, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Amparo en Revisión 216/2022, ha resuelto que la instauración de representaciones de nacimientos en oficinas públicas y con fondos tomados del erario, es inconstitucional.
El proyecto de la sentencia es un documento de más de 80 páginas, en el que se entremezclan ideas, razones, argumentos y datos confusos, todo en una forma caótica a través de lo cual se pretende justificar la decisión tomada.
Se enfrentan en la sentencia a una serie de derechos y principios que están consagrados en la Constitución y en los Tratados Internacionales, en primer término, la Libertad de Pensamiento que es el sustento para otras dos: La libertad de Expresión y la de Religión o culto y el derecho a no ser discriminado.
Así pues, si tengo libertad para pensar, debo tenerla también para expresar lo que pienso y para tener las creencias religiosas que se me acomoden. Pero ¿En que momento el uso de estas libertades se convierte en un acto discriminatorio hacia una persona que no piensa, se expresa y practica el culto religioso igual que yo?
Otro principio Constitucional que se encuentra también en juego en esta sentencia, la laicidad del Estado.
Quizá desconozca mi estimado lector que la Primer Constitución Mexicana creada en 1824, establecía: Artículo “3.- La religión de la nación mexicana es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana. La nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra.”
Pero a México habían llegado ideas de Europa que pugnaban porque el Estado como gobierno y la Iglesia, estuviesen separados, así que no todos estaban conformes con que hubiese una religión oficial. En 1857 se crea una nueva constitución que eliminó la referencia a una religión oficial y, por consecuencia, dejó a la libre voluntad del individuo la adopción de sus creencias religiosas.
También en ese período se estuvo reformando la situación del poder político y el religioso, a través de leyes que afectaban principalmente a los Católicos, así a la Iglesia Católica se le expropiaron gran cantidad de bienes raíces y se le limitó a tener solo aquellos necesarios para cumplir estrictamente con su función y, por otro lado, muchos actos de la vida común de las personas que antes controlaba la iglesia, como el registro de nacimientos, el matrimonio, los divorcios o el registro de defunciones, pasaron a manos del Estado.
Todo esto trajo a los mexicanos una guerra fratricida que costó decenas de miles de vidas, la intervención de una potencia extranjera y posteriormente un período de paz y crecimiento, pero también de desigualdad social.
En 1917 se crea una nueva constitución que en su artículo 24 establece el distanciamiento entre la Iglesia y el Estado, al regular que: “El Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban religión alguna.” Pero esta disposición fue llevada más allá en los años 20 cuando se prohibió el culto religioso público y la Iglesia decidió suspender todas las actividades religiosas, provocándose así una nueva guerra interna que concluyó hasta cuatro años después de que entre 70,000 y 85,000 mexicanos perdieran la vida luchando por sus creencias religiosas. Este conflicto ha sido conocido como “La Guerra Cristera”.
No cabe duda que México es un país con un componente religioso mayoritariamente católico y también que es obligación de todos respetar cultos religiosos diversos, de ahí que no nada más el Estado este involucrado en este fenómeno y en el caso que resolvió la Corte creo que si se da una violación a la libertad religiosa, pues el conflicto surgió porque tres ayuntamientos de Yucatán, con fondos extraídos de su presupuesto y dentro de las oficinas públicas, instalaron nacimientos que representan una religión específica, lastimando así el pensamiento de quienes tienen otra forma de culto o simplemente no lo tiene.
Sin embargo encontramos con que en nuestro país el componente religioso cristiano no solamente implica la creencia y el culto a la divinidad, sino que abarca tradiciones, cultura, historia, arquitectura, arte y arraigos de pensamiento que se han trasmitido por cinco siglos y esto no se puede borrar a través de decreto, espero que esta sentencia solo sea una pauta de convencionalidad y convivencia entre los mexicanos que pensamos distinto y no el inicio de una política de restricciones, que vayan a dañar el sentimiento de un pueblo creyente.
Me pregunto ¿que decidirán las autoridades mexicanas, que usan el nombre de MORENA? este 12 de diciembre cuando el fervor religioso se vuelque hacia la otra MORENA, la del TEPEYAC.
Crédito de la Imagen destacada: Desde la fe